Mi generación, mayoritariamente criada alrededor de historias sobre la lucha final entre el bien y el mal, una suerte de apocalipsis transversal en la que siempre nos sentimos parte del bando de “los buenos” , fue marinada en películas ochenteras que exacerbaban valores como romper esquemas, ser antihéroe, ir contra el sistema, rebelarse a la norma puritana de las generaciones anteriores. Muy footloose todo. Pero cada vez que veíamos o leíamos una historia, nosotros empatizamos con el protagonista y es más, “éramos” el protagonista. Quisimos serlo. Ser el inteligente, el que salva el mundo, el que descubre el enigma. Pocas veces en la vida un ser humano común se ve enfrentado a un desafío que involucre tratar de no morir. Tal vez una enfermedad catastrófica, un accidente grave. Hablo del hecho concreto de estar en peligro de muerte y no de la posibilidad que todos tenemos diariamente de morir de un porrazo en la ducha. Hablo de una sentencia, de una certeza, de un p...
Soy una madre de 43 pepas, clase media, tratando de sobrevivir a la crianza (o malcrianza) de 3 hijos. Solo el tiempo dirá cuántos errores he cometido y en el intermedio, comparto episodios que abarcan desde la vergüenza hasta el cagazo, pasando por la alegría, el amor, la cerveza y en fin: la maternidad completa. #CabrosQL #CabrosQueLindos #WelcomeToTheJungle